viernes, 27 de septiembre de 2013

El horror es una emoción

Douglas E. Winter decía “el horror no es un género, es una emoción”, y aunque yo considero que el terror merece poseer la categoría de género dentro del mundo literario, no puedo estar menos que de acuerdo ante la afirmación de que es una emoción. Ya lo creo que lo es. Para mí, el horror es una de las emociones más complejas porque es de las más irracionales y subjetivas. Los seres humanos tenemos una serie de miedos comunes como el miedo a la muerte, el miedo al dolor, a lo desconocido, etc., pero luego, cada persona tiene sus propios terrores individuales, conocidos y dominados, o desconocidos que están enterrados en nuestros subconsciente preparados para salir en cualquier momento, cual mano de Carrie.

Un día, hablando con una amiga de “El resplandor”, la película de Kubrick basada en la novela de Stephen King, ella me dijo, “el terror es un niño montado en triciclo andando por los pasillos de un hotel”. Es una imagen simple, sencilla, a primera vista no es terrorífica en absoluto, pero la película te lleva por un camino que hace que la inocente imagen de un niño en triciclo pueda ser escalofriante. Y esto a la vez es tremendamente subjetivo.
Es por todo esto que un mismo libro de terror puede afectar de manera distinta a diferentes personas, actuar a distintos niveles y descubrirnos cosas que no imaginábamos antes.

La primera vez que recuerdo pasar miedo leyendo fue con “El príncipe de la niebla” de Carlos Ruiz Zafón. Tendría 13 ó 14 años y aunque no recuerdo los nombres de los personajes o exactamente cual era la trama, recuerdo la emoción. Eso no se me ha borrado en absoluto. Miedo, terror, estar leyendo en mi habitación y tener que levantarme a comprobar el armario y a cerrarlo con llave porque en aquellos momentos, y con aquel libro en las manos, cualquier cosa (y no cualquier cosa buena) podía pasar. Recuerdo el estómago hecho un nudo, las palmas de las manos frías y un deseo de cerrar el libro y a la vez un no poder hacerlo. Puede que el libro de Zafón no sea propiamente un libro de terror y que esté orientado al público juvenil pero precisamente creo que su mérito está en eso, en que aunque está dirigido a unos lectores adolescentes, les toma en serio y se toma muy en serio la tarea de asustarles. Cosa que, doy fé, consigue plenamente. 

La verdad es que tengo curiosidad por saber cuántos de ahí fuera os acordáis de la sensación que os produjo el primer libro que os hizo pasar miedo de verdad... no creo que sea algo que se olvide fácilmente... 


El príncipe de la niebla - Carlos Ruiz Zafón

Editorial Planeta 
Fecha de publicación: 15/06/2006
200 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-08-06761-0


martes, 10 de septiembre de 2013

¿Por qué nos gusta el terror?


Mi caso es un poco peculiar porque me gusta el terror, pero sólo cuando lo leo. Déjame a mí de películas de terror donde desmembramientos, gente subiendo por escaleras cuando el sentido común te dice que las bajes, asesinos con hachas, cuchillos, garfios, sierras mecánicas (o lo que tengan más a mano) y niñas saliendo de la tele campan a sus anchas y no te queda otra que quedarte ahí hasta el final. Bueno, o hasta que no puedes más y dices “aquí paz y después gloria, yo me voy a la cama a ver si la capacidad de dormir no ha abandonado mi cuerpo para siempre”.

Dame a mí libros donde si lees que hay un payaso en una alcantarilla con intenciones muy torcidas, los pelos se te ponen como escarpias pero puedes dejarlo, tirarlo lejos y decidir que otro momento del día que no de la noche va a ser el más apropiado para volver a cogerlo. Y siempre vuelvo a cogerlo. Cuando leo, siempre quiero saber que va a pasar al final por muy terrible que sea. Me gusta la literatura de terror porque creo que es difícil hacerte pasar auténtico miedo mientras lees, y cuando pasa, es de lo mejor. Me gusta la novela gótica, las novelas de asesinos en serie, los vampiros, zombis, hombres lobo y monstruos en general, el terror psicológico o el gore más pegajoso. Cualquier cosa que tenga en su centro y en su intención el hacerte pasar miedo. Mucho, cuanto más mejor.

Sin embargo, la verdad es que a día de hoy el ser lector de literatura de terror es a veces un poco complicado. Véase por ejemplo el espacio que ocupa la sección de terror en las librerías. Habitualmente es uno muy pequeño y suele estar mezclado con novela negra, fantasía, ciencia ficción, o incluso romántica (por favor, ni Sookie Stackhouse ni Bella Swan deberían estar ni remotamente cerca de algo que quiera considerarse terror). Si quieres un título específico lo más normal es que tengas que ir a encontrarlo a internet, que no es que esté mal, pero te quita parte de la satisfacción del “lo quiero y lo tengo ya” que produce comprar el libro físicamente. Todo esto y que desafortunadamente no se traduce al español toda la literatura de terror que se debería hace que el panorama a veces se vea un poco desolador.

Y ahí es donde me gustaría entrar a mí. Facilitar un poco las cosas. Abrir un poco de camino a la hora de encontrar nuevos títulos, descubrir nuevos autores, hablar sobre los de siempre, y en definitiva darle a la literatura de terror la posición que merece. Explorarla, disfrutarla y sufrirla, sufrirla mucho...