martes, 16 de diciembre de 2014

El alma del vampiro - Poppy Z. Brite

Vamos a hacer como que no ha pasado nada y que no han pasado tres meses desde la última vez que publiqué....

Y vamos a hablar de vampiros. Me encantan los vampiros, si tengo que elegir entre hombres lobo, zombies y demás criaturas de la noche, me quedo con los vampiros sin dudarlo.  Los libros del Pequeño Vampiro eran de mis favoritos cuando era pequeña y soy de esas que se pregunta a cuantos de mis amigos y familiares convertiría si yo fuera un vampiro, y si echaría más de menos el sol o las patatas fritas...

"El alma del vampiro" (Lost Souls en su idioma original) cuenta la historia del solitario vampiro Christian, que regenta un bar en Nueva Orleans, al que es asidua Jessy, una adolescente obsesionada, sorpresa, con los vampiros. Una noche, ambos conocen a Zillah, Twig y Molochai, tres vampiros que se dedican a vivir la vida loca entre alcohol y sangre. De ese encuentro entre Zillah y Jessy nacerá nueve meses más tarde, Nada, mitad vampiro, mitad humano que no sabe nada de su naturaleza inmortal hasta que los vampiros se cruzan también en su camino.
Es una historia de personajes, de encuentros y desencuentros, y que a mi modo de ver trabaja muy bien el balance entre la parte humana y la parte vampira y sobrenatural de la historia. Esta parte humana está representada por los personajes de Steve, Fantasma y Ann, tres jóvenes de un pueblo olvidado en mitad de EEUU, que han perdido por completo su camino y no están seguros de nada y que se encuentran en mitad de la sangrienta historia sin saber muy bien como.

Una de las cosas que más me gusta del universo vampiril (¿vampiresco?) es lo mucho que se puede experimentar con él. Puedes tener vampiros que se calcinan nada más les da el sol, otros pueden pasearse con cuidado a la luz del día pero sus poderes se debilitan, luego están los que brillan, (ejem, la saga Crepúsculo ha hecho mucho daño), los hay sanguinarios y crueles, los hay que añoran la vida humana y no matan si pueden evitarlo, los hay que sólo beben sangre de rata o los que beben sangre sintética. Incluso hay vampiros que ni necesitan beber sangre, sólo fuerza vital, por así decirlo.

Los vampiros de esta novela son presentados como una raza aparte de la humana. No es que sean no muertos que una vez fueron humanos, no, estos vampiros pueden ser concebidos, nacen y destrozan a sus pobres madres al nacer porque básicamente empiezan a comérselas por dentro, que como os estaréis imaginando es el destino de la pobre Jessy. Los vampiros más jóvenes ya no tienen colmillos por lo que tienen que afilarse los dientes, soportan mejor la luz del sol e incluso son capaces de comer y beber algo que no sea sangre. Están bastante aislados los unos de los otros y quedan muy pocos.

Un punto muy fuerte de la novela, que por otras cosas que me he leído de Poppy Z. Brite (ahora conocida como Billy Martin, después de su cambio de sexo), es común a su obra, es la atmósfera que crea alrededor del lector. Si siempre has querido ir a Nueva Orleans y que te muerdan los vampiros esta es tu novela, con todos los respetos, que son muchos, a Anne Rice. No es una novela en la que pasen infinidad de cosas, para mí, es todo atmósfera, sensualidad, brutalidad y música.

El alma del vampiro - Poppy Z. Brite
Edición Kindle
7,59€ 

jueves, 28 de agosto de 2014

En la boca del miedo - ¿Sutter Cane?

"¿Has vivido algún buen libro últimamente?"
Como bien dije en la primera entrada de este blog, yo leer terror, todo lo que quieras, verlo es otra historia. Me cuesta mucho, sola es completamente imposible, y las pocas que veo son bajo la estricta supervisión de mi media mandarina, amante del género, que me conoce y sabe que películas puedo ver sin tener pesadillas durante una semana y cuales es mejor que no las toque ni con un palo.

Pero hoy me gustaría dedicar un hueco, aunque sea pequeño, a una película que ví el otro día y a la que sigo dándole vueltas, que no es otra que "En la boca del miedo" de John Carpenter, la cual desprende literatura de terror de principio a fin, se nutre de ella, la respira y nos la devuelve en forma de pesadilla.

Cuenta la historia de John Trent, un investigador para una empresa de seguros que tiene que investigar la desaparición de Sutter Cane, un famoso escritor de libros de terror (que vende más que Stephen King), que se ha desvanecido sin entregar su última novela, que todos, desde su editorial hasta sus fans más acérrimos esperan como el agua de mayo. Trent se embarca en un viaje hacia Nueva Inglaterra (otra referencia directa a Stephen King, amigo del director John Carpenter), junto con la editora de Cane, que amenaza con acabar con su cordura.

Una de las cosas que más me gusta de la película es que verla es como leer un libro de Lovecraft. Fuertemente influenciada por el escritor de Providence (el título en inglés es "In the Mouth of Madness", lovecraftiano a más no poder) la atmósfera de la película te hace creer que has caído en mitad de una pesadilla chtululesca (palabra recién acuñada), con portales a mundos olvidados, monstruos ancestrales llenos de tentáculos y locura y desesperación que afectan al común de los mortales ante algo a lo que no puede hacer frente. Sin ser una adaptación estricta de una obra de Lovecraft se puede considerar una fiel representación de su espíritu, ya que se centra en lo abstracto, en los sentimientos que afloran al leer los libros de este autor, en vez de intentar representar fielmente una de sus novelas. Y precisamente por eso es tan efectiva.

Algo que también aborda la película que me pareció especialmente interesante es la relación entre la creación de una obra y la realidad, como pueden difuminarse los bordes que separan la una de la otra. Cuando leemos un libro, ¿su contenido puede convertirse en realidad?, ¿era realidad antes de leerlo o lo convertimos nosotros con el acto de la lectura?. Es un concepto bastante escalofriante si nos paramos a pensarlo. Una de los motivos por los que me gusta leer terror es porque me gusta sentir el miedo y las emociones que me provoca, pero también porque tengo la seguridad que lo que estoy leyendo en realidad no está pasando de verdad. "En la boca del miedo" nos muestra qué pasaría si los límites entre ficción y realidad dejaran de existir, y la burbuja de seguridad y comodidad en la que nos encontramos cuando leemos explotara súbitamente.

Debo reconocer que hubo varios momento en los que sentí puro terror, de ese que me cuesta ver y adoro leer, y el final es digno de la mejor literatura de terror cósmico y paranormal. Nada de spoilers, a verla para saber a lo que me refiero.

Sam Neil en proceso de perder la cabeza

domingo, 17 de agosto de 2014

Otra vuelta de tuerca - Henry James

Parecía que me había ido para no volver, pero no, después de unos meses un poco locos, he vuelto para centrarme y en esta ocasión para hablar de un clásico que tenía pendiente desde hace un montón de tiempo y con el que finalmente me he puesto al día.

Debo de decir que leer "Otra vuelta de tuerca" fue toda una experiencia, es un libro muy cortito, casi un relato corto más que una novela, pero entre que me lo leí en inglés y sobre todo en trayectos de metro tuve como una relación un tanto desapegada con él al principio. Principalmente no tenía muy claro si es que no me estaba enterando realmente de lo que pasaba porque el idioma estaba resultando una barrera o porque lo estaba leyendo mientras era el relleno de un sándwich de personas a las 8 de la mañana... total, que cambié de estrategia y decidí leerlo más tranquilamente en casa por las noches si el sueño no me lo impedía. La cosa mejoró notablemente, vale, seguía teniendo la sensación de no estar entendiendo muy bien lo que estaba pasando pero ya iba dándome cuenta de que esa sensación es parte del desasosiego que impregna la novela, que dice sin decir, que cuenta sin concretar, que deja que la imaginación vaya un poco a donde quiera.

Por poner un poco en situación, la novela es una historia dentro de una historia. Un grupo de amigos están contando historias de miedo, y uno de ellos cuenta una que le contó una joven de la que se desprende que él estaba enamorado. Esta joven fue institutriz de dos hermanos huérfanos en una mansión en la campiña inglesa donde se empiezan a suceder apariciones extrañas al poco de su llegada. La institutriz, de la que nunca conocemos el nombre y que cuenta la historia en su totalidad en primera persona, tiene como aliada de penas y fatigas al ama de llaves de la casa, que cuenta pero no cuenta y que siempre parece que sabe más de lo que aparenta. Y luego están los niños... definitivamente hay pocas cosas que den tanto miedo como unos niños en connivencia con lo sobrenatural y estos hermanos, tan guapos, listos y enigmáticos definitivamente están en el top ten de niños malrolleros... ¿o no? ¿o son sólo víctimas de una persona esquizofrénica y paranoide?

"Otra vuelta de tuerca" está abierta a infinidad de interpretaciones y cuando terminé el libro la primera pregunta alta y clara que se me plantó en la cabeza fue, "¡¿Qué es lo que acaba de pasar aquí?!". Efectivamente, ¿qué ha pasado aquí? ¿los fantasmas existían o estaban sólo en la imaginación de la institutriz? ¿los niños son malvados o víctimas?.  Y lo mejor de todo es que cualquiera de las cosas puede ser verdad, cualquiera de las teorías se sostiene con buenos argumentos así que realmente está en la cabeza del lector y en como sus sentimientos han ido a lo largo de la novela el decidir que es lo que cree que ha pasado. Yo soy de la opinión que los fantasmas realmente existen y que la pobre institutriz no hace más que sufrir los embates de unos seres mezquinos y espectrales... pero si te paras a pensar en la otra posibilidad hace que la novela sea incluso más inquietante todavía.

De cualquier forma, la atmósfera asfixiante, el ambiente, la opresión, la desesperación, la angustia, la paranoia, la desconfianza, el terror, está todo ahí, contenido en poco más de 200 páginas.

No es una historia terrorífica que vaya a hacer que nos paralicemos de miedo, eso es cierto, pero el desasosiego que provoca permanece hasta tiempo después de haber terminado la novela,  yo sigue habiendo días en los que me encuentro pensando otra vez "¡¿qué es lo que realmente estaba pasando ahí?!"

Otra vuelta de tuerca - Henry James
Editorial: Alianza Editorial
200 páginas
Idioma: Español
ISBN: 9788420676722
9,80€



 

miércoles, 26 de febrero de 2014

Penny Dreadful

Este mayo, la cadena estadounidense Showtime, va a estrenar una nueva serie, "Penny Dreadful", con Eva Green, Timothy Dalton (sí, el que fuera 007), y Josh Hartnett.
Como decía en la introducción de este blog, yo lo paso especialmente mal viendo películas de terror, y puedo aplicar el mismo sentimiento a las series, por lo que cuando ví el trailer, a pesar de tener un aspecto estupendo, reconozco que me dije a mí misma "esto no sé yo si va a ser para tí". Juzgad.

  A mí me da miedito....

Bueno, la cuestión es que esto me ha dado la excusa perfecta para hablar de los "penny dreadfuls", a los que hace referencia el título de la serie. También llamados "penny blood" o "penny awful", eran básicamente historias de terror (escabrosas y sensacionalistas) que se vendían en la Inglaterra de mediados del siglo XIX, impresas en papel barato tipo pulp. Eran seriales, dividían el relato en partes y vendían una cada semana, costando cada parte un penique (el penny en cuestión). Después, los géneros se terminaron diluyendo y pasó a llamarse penny dreadful toda la literatura barata, impresa y vendida de esta manera. Sin embargo, su origen fue el terror y el mal rollo (dreadful significa espantoso, terrible), y gracias a ser tan accesibles contribuyeron a que hubiera menos personas analfabetas, especialmente jóvenes que eran los principales consumidores de esta literatura, aparte de ser una forma de evasión estupenda.

En esta sociedad victoriana donde la moral y la rectitud estaban muy marcadas para los ciudadanos ingleses, estas historias satisfacían el morbo y la necesidad de escapismo y aventura de una clase trabajadora un tanto asfixiada. Por supuesto, había multitud de críticas, sobre como estas historias estaban haciendo que las personas "pobres y desantendidas" (la juventud especialmente por supuesto) estaban siendo conducidas a un camino de crimen, asesinato, desenfreno y libertinaje. Siempre hay alguien que quiere fastidiar la diversión... sin mucho éxito debo de decir, porque tal era la afición a estas narraciones, que los jóvenes que no podían permitirse ni siquiera un penique a la semana, creaban clubs entre ellos, para comprarlos y luego compartirlos pasandóselos los unos a los otros.

Aunque los escritores de estas historias eran habitualmente de poca monta y mal pagados, lo cierto es que incluso autores reconocidos como Charles Dickens, Bram Stoker o Wilkie Collins, se beneficiaron del impacto de estas publicaciones, ya que ellos también publicaban sus novelas por entregas, y de una forma o otra también influenció su propia obra. G.K Chesterton incluso escribió un ensayo cantando sus virtudes, A Defense of Penny Dreadfuls.

 
El personaje popularizado por el musical y más tarde por la película de Tim Burton, Sweeney Todd, el barbero diabólico de Fleet Street, apareció por primera vez en una de estas publicaciones, en "The String of Pearls: a Romance".

Otros penny dreadful conocidos son "Varney the Vampyre" o "Mysteries of London".



    Sweeney Todd le canta una oda a su cuchilla de afeitar




El escribir sobre todo esto me ha llevado a pensar en la arrogancia y el esnobismo que tienden a existir en el mundo literario, bueno, cultural en general. Yo siempre he defendido que es importante que la gente lea, el qué, pues mira, me da igual, porque sobre gustos no hay nada escrito. Quiero decir, que ponernos quisquillosos y que nos entren aires de grandeza porque nosotros leemos a Lovecraft y otros leen Crepúsculo es algo que no entiendo. Verdad como un templo que no se puede meter a la saga Crepúsculo dentro del género de terror por mucho que esté poblado de vampiros reflectantes, (yo me he leído los cuatro libros y me parecen un horror, cierto, pero por ejemplo, con los de Sookie, en los que está basada la serie de True Blood, me lo paso la mar de bien), pero a lo mejor son libros que han hecho leer a personas que hacía mucho que no lo hacían. Y eso es loable, porque por algo se empieza, y aunque habrá muchas personas que no vayan más allá, habrá otros, adolescentes seguramente, a los que les haya picado el gusanillo de la lectura, y que quieran leer sobre vampiros de verdad, ejem.
Exactamente como los penny dreadfuls.

jueves, 20 de febrero de 2014

La invasión de las ratas - James Herbert

Ratas. Ratas muy grandes. Ratas negras con una inteligencia y un tamaño fuera de lo común que se alimentan de sangre y carne humanas.
Esa es básicamente la premisa de la primera novela del londinense James Herbert. La escribió en 1974 y tan sólo 3 semanas después de su publicación ya había cosechado un gran éxito vendiendo más de 100.00 copias. Nada mal para iniciarse en la industria.

La trama se desarrolla en Londres, principalmente en el East End, una de las zonas más deprimidas de la ciudad en aquellos años 70, de donde el propio Herbert era originario. La ciudad se convierte en protagonista y el hecho de leerlo 40 años después de su publicación, tiene el placer añadido de poder atisbar como era Londres en aquellos años, cuando todavía existían zonas en las que los restos de edificios destruidos por las bombas de la Segunda Guerra Mundial seguían allí porque nadie se había molestado en limpiarlos o en reconstruir los edificios. También hay un guiño que a mí particularmente me gustó mucho, a uno de los habitantes más infames del este londinense, más bien a una de sus víctimas...

Portada setentera de la Editorial Planeta
La cosa empieza cuando unas ratas gigantes empiezan a comerse a la gente, así, de repente, primero un vagabundo, luego un bebé. Poco después, una mordedura a uno de los alumnos del principal protagonista, Harris, un profesor de un colegio del East End, demuestra que, incluso si sólo te muerden, te infectan de tal manera que estás muerto en menos de 24 horas. El pánico empieza a extenderse porque la balanza natural entre los hombres y las ratas, en la que éstas no atacan a los humanos, se ha inclinado peligrosamente hacia el lado que no debe. Y esto, por supuesto, da muy mal rollo.

Se nos van presentando personajes, que al principio de la novela no sabemos si van a ser protagonistas o víctimas de los roedores; ese es un recurso muy utilizado en la novela, pequeños retazos de la vida de personas que luego terminan siendo devoradas. Es algo tremendamente efectivo y un gran acierto por parte de Herbert, ya que cuando se trata de plagas, las víctimas y lo terrorífico de la situación pueden diluirse en el caos y la masa, pero de esta forma, aunque sea por un muy breve espacio de tiempo te conectas a las vidas de estas personas, por lo que luego, su fatal desenlace provoca reacciones y emociones mucho más intensas.

Como suele ser habitual con Herbert, es una novela muy gráfica, no escatima en detalles sangrientos por lo que estáis avisados, si os da un poquito de cosa lo del gore, a lo mejor no es vuestra mejor elección. Pero la verdad es que nada es gratuito, ya que, si la trama de tu novela en la invasión de unas ratas mutantes sedientas de sangre, está claro que una parte importante de ella va a ser mostrarlas metidas en faena y eso no puede hacerse de una manera delicada.

Es un libro corto, poco más de 200 páginas en edición de bolsillo, lo cual hace que puedas tener el placer de leértelo de seguido en un día o como mucho en un fin de semana, por lo que la inmersión es total y todo da mucho más miedo que al fin y al cabo es de lo que va el asunto. Altamente recomendable.


He estado mirando de arriba abajo en la web y según parece es una novela que está descatalogada en castellano, lo cual da mucha rabia, así que supongo que la mejor opción para encontrarla es rebuscar en librerías que vendan libros usados, en mercadillos, ferias y demás. Si estáis animosos y os la queréis leer en inglés, os dejo el link de Amazon.

The Rats - James Herbert

lunes, 10 de febrero de 2014

Cubiertas

La semana pasada hablaba de como una buena cubierta hizo que descubriera una novela y por lo tanto a una escritora estupenda, y después me quedé un rato pensando sobre ello. Ahora que los libros eléctronicos pegan con fuerza (yo los respeto, pero no los comparto) las editoriales se esfuerzan por presentarnos sugerentes ediciones de los libros para conseguir eso de que compremos con la vista.

Así que me he decidido a enseñaros algunas de las cubiertas que a mí personalmente más me gustan y algunas que he descubierto hace poco.

Hay que empezar sí o sí con la editorial Valdemar, una de las mejores editoriales de libros de terror, que tienen un cariño por el género fuera de dudas. Tanto en su colección de tapa dura, Gótica, como en su colección de bolsillo, El club Diógenes, despliegan un buen gusto y un saber hacer que hacen que la lectura de sus libros se convierta en algo especial.


Una de mis metas personales es conseguir tener todos los libros de la colección Gótica en mi estantería. De momento van 19 y ¡subiendo!

Los libros de relatos de Edgar Allan Poe siempre terminan con ediciones de lo más interesantes, y además son tan populares que se editan y reeditan y cada cierto tiempo puedes ver alguna novedad en las librerías. Algunas son unas auténticas joyas.


Si Edgar Allan Poe copa las cubiertas bonitas, Dracula de Bram Stoker no le va a la zaga...



En un ámbito más personal, yo tengo que incluir las cubiertas de los libros de Clive Barker.


 Vale que no son lo que se dice especialmente bonitas, pero al igual que el contenido de las novelas o relatos, tan explícitos, grotescos, desagradables, terroríficos y fascinantes, las cubiertas de la obra del escritor inglés nos ofrecen un atisbo de lo que nos espera, y nos advierte que su lectura nos va a llevar un poco más allá de lo que nos esperábamos.




Y para terminar...

me encanta esta edición americana de "El misterio de Salem´s Lot"
luces y sombras para unos buenos cuentos góticos
Y un poquito de Lovecraft nunca viene mal




Alas Tenebrosas. 21 nuevos cuentos de terror lovecraftiano - VVAA
Melmoth el errabundo - Charles Robert Maturin 
Narrativa Completa, Vol. I - H.P. Lovecraft 
Trece para el diablo - VVAA 

Edgar Allan Poe:
Cuentos de muerte y demencia 
Cuentos 
Cuentos de imaginación y misterio 
Cuentos macabros 
El gato negro y otros relatos de terror 
The fall of the House of Usher and other stories 
Tales of mystery and madness 

Drácula de Bram Stoker
Drácula (Ediciones Anaya) 
Drácula (Ediciones DeBolsillo) 
Drácula (Ediciones Cátedra) 
Drácula (Encuadernación en cuero) 

Clive Barker
Hellraiser 
Cabal, Razas de Noche 
Libros de Sangre, vol. 1 

Salem´s Lot - Stephen King 
Cuentos góticos - Elizabeth Gaskell 
Hongos de Yuggoth - H.P. Lovecraft 

lunes, 3 de febrero de 2014

Siempre hemos vivido en el castillo - Shirley Jackson

Hay un dicho que dice eso de "No hay que juzgar a un libro por su portada". Ya sé que es un dicho con un significado más profundo de que lo que dice a simple vista, la belleza está en el interior y todo eso, pero debo de decir que lo de comprar un libro simplemente porque su portada me llamaba muchísimo la atención no es algo nuevo para mí. Meteduras de pata aparte, a veces se descubren tesoros ocultos con esta técnica, y definitivamente, "Siempre hemos vivido en el castillo" de Shirley Jackson, fue uno de estos casos.


Shirley Jackson nació en San Francisco a principios del siglo XX, escribió principalmente novelas y relatos de terror, e influenció a escritores como Stephen King o Richard Matheson. Mujer, escritora de terror del siglo pasado y yo no sabía de su existencia hasta que descubrí este libro (avergonzada, muy avergonzada). Y muy agradecida de que una acertada elección editorial sobre la ilustración de la portada me descubriera a esta mujer y a su novela.

La novela está contada en primera persona por su principal protagonista, Mary Katherine "Merricat" Blackwood, y desde el primer párrafo (uno de los mejores primeros párrafos que he leído), ya sabemos entre otras cosas que tiene 18 años, que vive con su hermana Constance, que le gusta la mortal seta Amanita Phaloides y que el resto de su familia está muerta. Poco a poco vamos conociendo más detalles de la vida de Merricat, que sólo ella sale de la casa para ir al pueblo a por provisiones, que la gente del pueblo no le tienen mucho cariño, que ella les odia y les desea la muerte y que los más atrevidos se burlan de ella y le cantan una curiosa canción sobre arsénico en tazas de te... Y la sensación de incomodidad va creciendo, se va estableciendo una atmósfera gótica y desasosegante a medida que se nos presentan más preguntas y nos vamos imaginando las respuestas.

No se puede hablar demasiado de esta novela sin destriparla ya que es cortita y se mete en faena prácticamente desde el principio, pero espero que como a mí, la portada y el título de la misma os sugieran todo lo siniestro, malvado y a la vez fascinante que contiene porque su lectura es una de la que realmente no os vais a arrepentir.

Siempre hemos vivido en el castillo - Shirley Jackson
Editorial: Minúscula
224 páginas
Idioma: Español
ISBN: 9788495587893