"¿Has vivido algún buen libro últimamente?" |
Pero hoy me gustaría dedicar un hueco, aunque sea pequeño, a una película que ví el otro día y a la que sigo dándole vueltas, que no es otra que "En la boca del miedo" de John Carpenter, la cual desprende literatura de terror de principio a fin, se nutre de ella, la respira y nos la devuelve en forma de pesadilla.
Cuenta la historia de John Trent, un investigador para una empresa de seguros que tiene que investigar la desaparición de Sutter Cane, un famoso escritor de libros de terror (que vende más que Stephen King), que se ha desvanecido sin entregar su última novela, que todos, desde su editorial hasta sus fans más acérrimos esperan como el agua de mayo. Trent se embarca en un viaje hacia Nueva Inglaterra (otra referencia directa a Stephen King, amigo del director John Carpenter), junto con la editora de Cane, que amenaza con acabar con su cordura.
Una de las cosas que más me gusta de la película es que verla es como leer un libro de Lovecraft. Fuertemente influenciada por el escritor de Providence (el título en inglés es "In the Mouth of Madness", lovecraftiano a más no poder) la atmósfera de la película te hace creer que has caído en mitad de una pesadilla chtululesca (palabra recién acuñada), con portales a mundos olvidados, monstruos ancestrales llenos de tentáculos y locura y desesperación que afectan al común de los mortales ante algo a lo que no puede hacer frente. Sin ser una adaptación estricta de una obra de Lovecraft se puede considerar una fiel representación de su espíritu, ya que se centra en lo abstracto, en los sentimientos que afloran al leer los libros de este autor, en vez de intentar representar fielmente una de sus novelas. Y precisamente por eso es tan efectiva.
Algo que también aborda la película que me pareció especialmente interesante es la relación entre la creación de una obra y la realidad, como pueden difuminarse los bordes que separan la una de la otra. Cuando leemos un libro, ¿su contenido puede convertirse en realidad?, ¿era realidad antes de leerlo o lo convertimos nosotros con el acto de la lectura?. Es un concepto bastante escalofriante si nos paramos a pensarlo. Una de los motivos por los que me gusta leer terror es porque me gusta sentir el miedo y las emociones que me provoca, pero también porque tengo la seguridad que lo que estoy leyendo en realidad no está pasando de verdad. "En la boca del miedo" nos muestra qué pasaría si los límites entre ficción y realidad dejaran de existir, y la burbuja de seguridad y comodidad en la que nos encontramos cuando leemos explotara súbitamente.
Debo reconocer que hubo varios momento en los que sentí puro terror, de ese que me cuesta ver y adoro leer, y el final es digno de la mejor literatura de terror cósmico y paranormal. Nada de spoilers, a verla para saber a lo que me refiero.
Sam Neil en proceso de perder la cabeza |